Si hay algo que me gusta hacer es comparar lo que se cocina en distintas partes de la costa del Mediterráneo con los mismos ingredientes. Es sorprendente ver y, sobretodo, probar, los distintos platos que se pueden elaborar con verduras de la huerta mediterránea de verano: el pimiento, la berenjena, el calabacín, la cebolla y el tomate han dado lugar a un sinfín de platos que reflejan los aromas y la forma de hacer de cada país, cada región o cultura.
No sabría decir cuál me gusta más, si el pisto extremeño, la ratatouille de la Provenza francesa, la caponata siciliana, la sanfaina catalana, el briani griego… Todos ellos son muy sabrosos pero quizá mis favoritos sean los más aromáticos por las hierbas de Provenza o por el apio y las alcaparras de la italiana.
En próximos días iremos elaborando estas recetas ya que son una opción ideal para el verano cuando las verduras de la huerta están en su mejor momento.
Hoy empezaré por un plato que ha alcanzado fama gracias a una película: Ratatouille. Os invito a que elaboréis este sencillo pero sabroso plato, con los mismos ingredientes que el pisto, pero que, a diferencia de éste, incorpora menos aceite de oliva y una aromático ramillete de hierbas de Provenza que le dan su aroma inconfundible. Eso sí, yo la cocina en una verdadera cazuela de hierro fundido.
Dejad que los olores de Provenza invadan vuestra cocina. Ya me contareis.
Ingredientes (para una buena cazuela)
3 calabacines grandes con piel
3 berenjenas con piel
3 pimientos verdes y rojos
4 ó 5 tomates
3 cebollas
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra
Un ramillete de hierbas frescas: tomillo, romero, laurel y perejil.
- Cortamos los calabacines y la berenjena en rodajas, y los pimientos, en dados. Pelamos los tomates y los troceamos también. Hacemos lo mismo con las cebollas y los ajos.
- Calentamos el aceite de oliva en una cazuela y doramos la cebolla, cuando coja color añadimos la berenjena y los pimientos y los damos unas vueltas (no hace falta que se frían como en el pisto, sino sólo darles unas vueltecitas).
- Añadimos el calabacín y el tomate, ajo, sal y pimienta recién molida.
- Con las hierbas hacemos un atadillo y lo ponemos encima.
- Se tapa la cazuela y se puede meter al horno o hacerlo al fuego. Yo lo suelo hacer en el fuego, lentamente para que las verduras suelten todos sus jugos y quede verdaderamente jugoso y sabroso. Tardará alrededor de una hora, pero si queda como demasiado jugo, destapad unos minutos la cazuela para que se evapore el caldo y quede más concentrado.
- Este guiso de verduras puede tomarse caliente pero en verano está mejor templado o frío, tanto como primer plato o como acompañamiento. Y aún mejor si lo hacéis de un día para otro.
Cocina Pasión
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