La cocina de sobras parece siempre una cocina menor. A quién le suena bien: “Hoy comemos sobras”. Yo tengo un tremendo recuerdo de uno de esos platos de sobras: cuando era una joven estudiante que vivía en una residencia temíamos el día de la semana que nos tocaba, en el menú de la comida o de la cena, las sobras. Seguro que nuestro cocinero pensó que había creado un gran plato: una especie de pastel de carne recubierto de puré de patatas y gratinado al horno. Bajo el puré, las ya avezadas estudiantes jugábamos a descubrir los restos de las comidas y cenas anteriores de la semana. Nos parecía divertido aunque era realmente asqueroso. A este plato lo bautizamos como “informe semanal” y así ha debido quedarse para el resto de las generaciones de estudiantes que vinieron después de nosotras.
Recuerdos aparte, lo cierto es que con las sobras se logran también notables platos, no sé si por la maestría de las amas de casas en los fogones o por la calidad de algunas de estas sobras. Tanto es así que, a veces, hacemos más cantidad del plato primitivo para, con esas sobras, preparar alguna otra receta. Este es mi caso con el cocido ya que me gusta más lo que hago con las sobras que el plato en sí. No, no hago ropa vieja; para mí, la mejor receta con los restos de cocido es el “arroz al horno”.
La receta de este arroz al horno me la dieron en tierras alicantinas, concretamente en Moraira, localidad donde he pasado muchos veranos de mi vida y donde he aprendido a hacer al arroz. He degustado tan buenos arroces, secos, caldosos, con pescado, con carne o verduras que he terminado por cogerle el punto; nunca como los valencianos, eso es imposible.
De todas maneras, atreveos con este arroz al horno, porque os aseguro que con el caldo del cocido, unos pocos garbanzos sobrantes y una morcilla de cebolla, queda excelso.
Ingredientes (4 personas)
300 gr. de arroz
1 morcilla de cebolla
3 tomates
1 patata
1 cabeza de ajos entera
250 gr. de costillas de cerdo
100 gr. de garbanzos del cocido
Caldo de cocido
Pimentón
Aceite de oliva
Sal
- Cortamos la patata en rodajas al igual que uno de los tres tomates. Calentamos en caldo de cocido.
- Ponemos aceite cubriendo el fondo de la paella o la cazuela de barro y freímos la cabeza de ajos entera y sin pelar y las rodajas de patatas.
- Freímos también las rodajas de tomate. Sacamos la patata y el tomate y lo dejamos esperando.
- Calentamos en horno a 210 ºC.
- Ponemos ahora la morcilla y las costillas, previamente saladas, y las freímos bien. Añadimos posteriormente los dos tomates restantes pelados y cortados en cuadraditos y dejamos que se haga un buen sofrito.
- Una vez se ha consumido el tomate y está bien pochado ponemos una cucharadita de pimentón dulce, removemos un poco y enseguida ponemos el arroz. Damos unas vueltas y añadimos el caldo de cocido caliente y los garbanzos.
- Colocamos la cabeza de ajos en medio y repartimos las rodajas de patata y tomate alrededor. Dejamos que empiece a cocer con fuerza, rectificamos de sal y metemos al horno unos 18 minutos. Tendremos que probarlo hacia los 16 minutos para ver cómo va el arroz, cuando esté al dente lo sacamos y lo servimos enseguida repartiendo la morcilla entre los comensales.
Mucho cuidado que quema. ¡Está para chuparse los dedos!
Cocina Pasión